La diferencia más relevante entre la cosmética natural y la convencional está en los ingredientes utilizados para elaborar el producto.
En la cosmética natural se usan ingredientes de origen natural que son compatibles con el pH de la piel, mientras que la cosmética convencional incorpora ingredientes químicos (obtenidos sintéticamente). Estos últimos, muchas veces, son derivados del petróleo y son desaconsejables porque pueden obstruir los poros y provocar alergias, irritaciones, dermatitis, rosácea, y hasta pueden alterar los niveles hormonales. Sin embargo, cuando aparecen molestias o una reacción cutánea, tendemos a pensar que es por algo que hemos comido.
Sin ir más lejos, los parabenos son sustancias químicas que son usadas como conservantes en la mayoría de los productos cosméticos convencionales porque tienen un precio muy bajo y alargan el tiempo de vida del producto.
Imagínate la cantidad de sustancias químicas que puedes llegar a aplicarte al día si no usas una cosmética natural. ¿Quién no usa diariamente un jabón de manos, un desmaquillador, un gel de baño, un champú, un desodorante, una pasta de dientes, un serum, una crema facial, un contorno de ojos o una leche hidratante?
La mayor parte de los ingredientes de los productos cosméticos convencionales son químicos, por ello hay que tener en cuenta:
- Que muchas de estas sustancias químicas tienen un efecto bioacumulativo en el organismo.
- Que una persona puede usar al día una media de 6 productos cosméticos (o más).
Aplicarte un producto con parabenos al 0,4% (la dosis máxima autorizada) es seguro. Pero entonces sólo podrías utilizar un producto al día con parabenos, y resulta que los parabenos son conservantes que están presentes en prácticamente todos los productos cosméticos convencionales. O sea que, si en un día usas estos seis productos, por ejemplo: desmaquillador, pasta de dientes, gel de baño, champú, desodorante y crema facial, (que cada uno de ellos lleva 0,4% de parabenos), te estás aplicando 2,4% de parabenos, es decir, ¡cinco veces más de lo permitido!
Usar productos de origen natural y ecológicos, además de ser saludable, hace que la piel sea más permeable y esté más activa, ya que no tiene que rechazar ingredientes que le son desconocidos o dañinos. Esto hace que los resultados sean más rápidos y eficaces. Pero, como hemos dicho, la mayoría de los cosméticos convencionales incorporan conservantes y perfumes para hacer más agradable el producto, y estos pueden ser intolerables para la piel. De este modo, la cosmética convencional no es tan eficaz como la natural, cuyos principios activos penetran mejor en la piel, proporcionando así resultados más visibles en poco tiempo.
Cualquier tipo de piel tiende a asimilar mejor la cosmética natural porque ésta respeta el equilibrio natural de la piel. Y si tienes la piel sensible lo más recomendable es que uses cosmética natural para evitar posibles reacciones alérgicas.
Por otra parte, la cosmética convencional es mucho menos respetuosa con el medio ambiente y la naturaleza.
Para concluir: los cosméticos convencionales no tienen un gran poder de penetración y eficacia, y suelen ser más perjudiciales para el organismo ya que utilizan conservantes, parabenos, derivados del petróleo y otros químicos. La cosmética natural, sin embargo, al usar ingredientes de la naturaleza que son compatibles con el pH de la piel, permite que los principios activos se absorban mejor y por eso es más eficaz.
Si te preocupa la conservación del medio ambiente y eres amante de la cosmética de calidad, estás en el sitio adecuado.